Corría el año 1803, cuando la gran potencia que había llevado civilización, cultura, fe, paz y progreso a todos los confines de la tierra, durante más de trescientos años, se encontraba en franca decadencia.
Pero el que tuvo retuvo, y
aún podía sorprender al mundo con una gran gesta. Se trata de la primera
campaña médica internacional. Que salvó a millones de personas en el continente
americano de la viruela, que en aquel momento suponía una muerta segura,
incluido para un hijo del propio rey Carlos IV.
El inglés Edward Jenner hizo
público en 1798 el descubrimiento de su vacuna contra la viruela y que extraía
del suero de la leche de vaca. Esta vacuna comenzó a administrarse muy pronto
en España. En el año 1800, el doctor Piguillén la administraba en la localidad
catalana de Puigcerdá.
Los protagonistas de nuestra
gesta son un médico alicantino, Francisco Javier Balmis, otro médico catalán,
José Salvany, un teniente de fragata vizcaíno, Pedro del Barco, una enfermera
gallega, Isabel Zendal, veintiún niños gallegos y cinco niños madrileños. Como
ha ocurrido siempre en nuestra historia, todos unidos, somos imbatibles y
capaces de gestas increíbles. La financiación corría a cargo de la corona
española.
En aquel año de 1803, se
desataron dos terribles brotes de viruela en Lima y Bogotá. Se hacía
imprescindible trasladar la vacuna a América, pero había un problema, ¿cómo
conseguir que el virus llegara vivo al otro lado del mar? Se trataba de una
travesía de más de dos meses y era imprescindible que el virus llegara vivo
para que la vacuna fuera eficaz. Entonces, tuvieron la gran idea, ¡llevar el
virus vivo inoculado en brazos de niños!. Y para ello, contaron con
veintiún niños, de entre nueve y tres años, de la Casa de Expósitos de La
Coruña. Al frente de la cual se encontraba Isabel Zendal, que también se unirá
a la expedición acompañando y cuidando de los niños durante toda la campaña de
vacunación. La primera enfermera de una campaña internacional que deja su
nombre en la historia.
La campaña partió de Madrid,
camino de La Coruña, con cinco niños que llevaban en sus brazos la vacuna.
Durante el trayecto se organizaban vacunaciones en los pueblos donde paraban.
En La Coruña, el virus pasará a los brazos de los niños gallegos. Los niños son
vacunados de dos en dos, sucesivamente y de brazo a brazo, cada nueve días,
para que el fluido vacuno se mantenga fresco. Vacunaciones masivas en Santa
Cruz de Tenerife, Venezuela, Cuba, México. Balmis lleva la campaña desde México
hasta Filipinas. Salvany se interna en América: Bogotá, Quito, Lima, por fin
Bolivia. El catalán perdería un brazo en los Andes, un ojo en Guaduas
(Colombia), su barco naufragaría. Y finalmente morirá en Cochabamba (Bolivia)
en julio de 1810, con treinta y cuatro años, en plena campaña de vacunación.
Fueron más de un millón de
personas vacunadas. Las vidas que los españoles salvaron con la Expedición
Balmis-Salvany pueden cifrarse en varios millones. El mismísimo Dr. Jenner,
inventor de la vacuna, expresó su admiración: “No me imagino que en los anales
de la Historia haya un ejemplo de filantropía tan noble y tan extenso como
este”
Estoy convencido de que esta historia no superaría un examen de micromachismo, por el rol que desempeña Isabel Zendal. Para los profanos, les diré que llaman micromachismo a
actitudes o comentarios que vienen a perpetuar los roles de lo que ahora llaman "género". Con el micromachismo y este tipo de ideas, que se transmiten en los colegios a nuestros hijos, de
lo que se trata es de alentar el enfrentamiento entre los sexos. Vaya por
delante que para mi, hombres y mujeres somos iguales en capacidades, derechos y
obligaciones. Pero al mismo tiempo, la naturaleza nos ha hecho diferentes y no
es cierto que esa diferencia venga de convencionalismos sociales, que es una excusa
más para alentar el enfrentamiento entre sexos que propugna la ideología de
género.
Sinceramente, no se tú, pero
preferiría que mis hijos dedicasen tiempo en el colegio a conocer la historia y
el ejemplo de personas como Isabel Zendal, Mencía Calderón y su caravana de mujeres, Juana
Ortiz de Zárate, Beatriz Estrada, Catalina Montejo, Isabel Manrique, Aldonza
Villalobos, Inés Suárez y de tantas y tantas mujeres españolas que tanto han
hecho por los demás y tantas cosas consiguieron en su vida. Prefiero eso antes que
pierdan el tiempo en guerras de sexos que recuerdan demasiado a la lucha de los
contrarios de Hegel y Marx. Pero claro, cada vez hay más gente viviendo de este
tema del "género"…
Mis felicitaciones a la Comunidad de Madrid por acordarse de Isabel Zendal para nombrar su nuevo hospital de pandemias. Esta insigne gallega y española nunca volvió a España. Se le pierde la pista en Puebla de los Ángeles, en México. La Presidencia de la República de México otorga anualmente un premio que lleva su nombre para recompensar la labor de un profesional de la enfermería. Y en el puerto de La Coruña hay una escultura que representa a Isabel con sus niños, mirando el mar que un día cruzaron para salvar millones de vidas.
Gracias por contarnos ésta Historia. Si Zendal hubiera sido inglesa o estadounidense ya tendría un Peliculón con premios Óscar incluidos.
ResponderEliminarNuestra Historia, la de nuestros antepasados, está más llena de Leyenda Blanca que de la falsa Leyenda Negra. Y este es el camino, el de difundirla con orgullo.
Un abrazo don Francisco.
Gracias D. Manuel!!!
EliminarEfectivamente ese es el objetivo, que los españoles vayamos poco a poco redescubriendo nuestra historia, sobre todo la gente más joven. No podemos amar y aprender de lo que no conocemos.
Un abrazo
Hola Paco enhorabuena por el articulo y gracias por compartirlo, me ha gustado mucho, solo puedo añadir que cuando las personas tienen un objetivo y la firme convicción de conseguirlo, quedan de lado, el genero, las diferencias de clase, sociales, culturales y demás etiquetas que constantemente escuchamos y que no conducen mas que a la desunión, gracias a ese grupo de personas que en esta expedición arriesgaron su vida por el bien común, valor a inculcar a las próximas generaciones. JSB
ResponderEliminarGracias Javier!!!!
EliminarMuy lúcido tu análisis, como siempre.
Efectivamente cuando superamos etiquetas el horizonte se amplia.
Un abrazo
Me ha hecho reflexionar tu entrada de blog en muchos puntos, pero creo que lo más importante y lo que no consigo sacar de mi cabeza es ¿por qué una persona como yo, de 33 años, con formación universitaria y amigo de las artes y las ciencias, con experiencia en redes sociales y con todo el conocimiento del mundo a mi alcance a un sólo clic, no he oído hablar en todos mis años de estudio institucional y por libre de esta mujer y, remotamente, del caso que mencionas? Es triste que las grandes hazañas (históricas y cotidianas) acaben eclipsadas por el maniqueísmo de las ideas preconcebidas de "lo bueno y lo malo", "los míos y los otros" y se tengan que rescatar del pantano de la indiferencia o, como es en mi caso, en el desconocimiento total. Cuando algo no se recuerda, deja de existir y los libros (Dios salve la luz del conocimiento)y nuestro entorno inmediato, está lleno de ejemplos de cómo el ser humano con tesón y una mente clara es capaz de empujar el curso de la historia.
ResponderEliminarPor cierto, lo primero, gracias por acercarme la historia y enhorabuena por el artículo.
EliminarBuena pregunta Kiko!!!!
EliminarEs muy español eso de despreciar lo nuestro. Pero creo que esta actitud tiene que empezar a cambiar. Estamos en ello!!!.
Un abrazo
Gran gesta de la hispanidad, la pena es que tenga que ocurrir una pandemia para que los españoles sean conocedores de su propia historia.
ResponderEliminarGracias por acercarnos a esta gran hazaña
Gracias a ti Javier!!!
ResponderEliminarSeguiremos escudriñando la historia para buscar buenos ejemplos a los que imitar.
La historia es una gran maestra, por eso es tan importante que no se manipule.