lunes, 26 de julio de 2021

¿SON LOS FONDOS BUITRE UNA AMENAZA PARA ESPAÑA?




Los fondos buitre son grandes capitales que se aprovechan de la desgracia ajena. Son fondos especulativos que nada contribuyen al crecimiento de la economía real, la que crea empleo, riqueza y paga impuestos. Porque esa es otra, los fondos buitre suelen estar radicados en paraísos fiscales o en cualquier caso consiguen una fiscalidad muy ventajosa. 

Este tipo de fondos aprovechan los momentos de crisis para hacerse con los activos de un país por un valor muy inferior al del mercado. La necesidad de liquidez de los bancos, de las administraciones o de los particulares son aprovechados por estos fondos para hacer su particular agosto.

Estos fondos compran por ejemplo paquetes de créditos por un valor muy inferior a lo que realmente debe el deudor, que no consiente esta transacción y lo que es peor en ningún caso se le ha dado la posibilidad de ejercer su derecho de retracto sobre su deuda. Pongamos por caso que yo debo cien y que mi acreedor vende mi deuda a un tercero, fondo buitre, en un lote de otras muchas deudas, por quince. Sin embargo, mi nuevo acreedor me exigirá a mi los cien que debía. La ganancia del nuevo acreedor es puramente especulativa y desproporcionada, gana ochenta y cinco y lo que es peor en ningún momento el acreedor primigenio me ha dado a mi la opción de liberarme de mi deuda por los quince que realmente le ha pagado el fondo buitre. Los tribunales españoles deberían hacer algo a este respecto y conceder al menos el derecho de retracto a los deudores en caso de transmisión de sus deudas. Son las personas más humildes las principales perjudicadas por esta práctica.

El SAREB, o también llamado Banco Malo, emitió deuda por valor de 35.761 millones de euros para financiar la adquisición de los activos tóxicos (créditos impagados e inmuebles sin acabar) de las politizadas cajas de ahorro. Esta emisión fue posible gracias al aval del Estado Español, que llegado el vencimiento en 2027 deberá asumir esa deuda si el SAREB no ha sido capaz de generar ese dinero. Con lo que muy probablemente al final esta fiesta la tengamos que pagar todos los españoles, que hoy por hoy ya estamos endeudados un 120 % del valor de nuestro PIB. El contar con mucha deuda significa que hay que pagar muchos intereses y el dinero que se destina a estos pagos no va a sanidad, educación, pensiones o infraestructuras.

Pues bien, los gestores de los activos del SAREB son en parte también sociedades vinculadas a los fondos buitre, por lo que cobran sus retribuciones suculentas, y finalmente, los clientes son los propios fondos buitre, a los que se asignan los mejores activos sin posibilidad de concurrencia de aquellos españoles que quieran optar a los mencionados activos.

El principal motor hoy por hoy de la economía española es el turismo y esta herido grave. Son varias las generaciones de españoles que, desde los años cincuenta, llevan trabajando intensamente en un sector que es vital para nuestra supervivencia económica. No en balde, la sede de la Organización Mundial del Turismo esta en España desde hace décadas. En el verano de 2020 se perdieron 16 millones de turistas en comparación al año anterior y en términos de desempleo nos acerca al millón de personas.

Nuestro principal sector económico no puede ser ahora objeto de especulación por parte de los fondos buitre, que puedan hacerse por cuatro gordas con las joyas de la corona. Si ello fuera así, toda la riqueza que hoy día genera el turismo no se quedará en España, sino que se irá a entramados societarios en paraísos fiscales ajenos a nuestra prosperidad. Las administraciones españolas deberían poner ya en funcionamiento un plan para evitar que esto suceda.

Todas estas cuestiones son temas de los que no se suele hablar en los medios de comunicación, pero que son de vital importancia. La clase media esta extinguiéndose; la deuda pública esta desorbitada; nuestro economía anquilosada; con nuestra autonomía alimentaria amenazada; con una necesidad urgente de reindustrializar nuestro país; con un interior de España despoblado; una crisis demográfica sin precedentes, que amenaza nuestra supervivencia como nación; con un coste desorbitado de la energía y los suministros básicos; una presión fiscal en crecimiento para sostener un estado de las autonomías costosísimo, que sólo nos trae ineficiencia, desigualdad y enfrentamiento entre los españoles. Los próximos meses y años son vitales para empezar a revertir esta situación o para seguir por esta senda que acabará despeñándonos como nación y arruinando nuestros proyectos vitales. 

Personalmente, y a pesar del diagnóstico que acabo de compartir, no pierdo la esperanza. Cada vez hay más españoles conscientes de la realidad que estamos viviendo y ese es el primer paso para resolver los problemas. Los españoles a lo largo de la historia siempre hemos sabido sobreponernos y salir reforzados de las crisis. Lo único que necesitamos es tener un poquito más de suerte con nuestros gobernantes.

 

jueves, 1 de julio de 2021

QUÉ ES LA VERDAD

 

George Orwell


A los 46 años fallecía George Orwell, pseudónimo de Eric Arthur Blair, autor entre otros muchos títulos de “1984” (publicado en 1949) o “Rebelión en la granja” (publicado en 1945). Estudiante en Eton, policía imperial británico en Birmania, lavaplatos en París, librero en Londres, miliciano del POUM en la Guerra Civil española, corresponsal de la BBC, editor literario y columnista. Vertió toda su experiencia vital en crónicas, ensayos y novelas de lectura imprescindible. Gran conocedor del corazón del hombre, capaz de lo mejor y de lo peor. Supo retratar como nadie a las sociedades totalitarias.

La verdad no es más que la realidad de las cosas, pero en las sociedades totalitarias la realidad se adapta a las necesidades del Partido, de la oligarquía que todo lo domina, no sólo las acciones de las personas sino hasta sus pensamientos más íntimos. Por eso el primer paso para construir una sociedad totalitaria es negar la existencia de la verdad, de la realidad misma. Que todo es relativo y depende del color con el que se mire. Incluso negando la biología o haciendo un uso creativo del Derecho. La verdad, la realidad constituyen un límite a la acción de los poderosos, por eso es tan importante para ellos acabar con el concepto de verdad, adaptando la realidad a lo que interese en cada momento.

El protagonista de la novela de Orwell “1984”, el disidente Winston Smith, empleado del Ministerio de la Verdad, ha sido detenido por la policía del pensamiento. Él sabe que le van a matar, pero antes le torturarán. Winston conoce el final y esta dispuesto a confesar lo que sea con tal de evitar el dolor de la tortura y que todo acabe cuanto antes. Y su torturador O’Brien le pregunta:

¿Tiene el pasado existencia concreta, en el espacio? ¿Dónde existe el pasado, si es que existe?

En los archivos y en la memoria de la gente, contesta Winston. A lo que replica el torturador:

Nosotros, el Partido, controlamos todos los archivos, y la memoria de todo el mundo. Por lo tanto, puede decirse que controlamos el pasado.

Pero, ¿cómo vais a impedir que la gente recuerde las cosas?. ¿Cómo vais a controlar la memoria?, gritó Winston.

A lo que O’Brien responde con todo un tratado de lo que supone el totalitarismo:

No has querido aceptar que el precio de la cordura es la sumisión. Has preferido ser un loco, una minoría de uno sólo. Sólo la mente disciplinada puede ver la realidad, Winston. Tú crees que la realidad es algo objetivo, externo, que existe por derecho propio. También crees que la naturaleza de la realidad es evidente por si misma. Cuando te engañas y crees que has visto algo, das por sentado que todo el mundo lo ve. Pero te aseguro, Winston, que la realidad no es externa. La realidad existe solo en la imaginación. Aunque no en la imaginación individual, que es falible y perecedera, sino en la del Partido, que es colectiva e inmortal. Lo que el Partido diga que es cierto es cierto. Es imposible ver la realidad si no es a través de los ojos del Partido.

Quien controla el pasado controla el futuro. A buen entendedor pocas palabras bastan. Una sociedad sin límites morales esta condenada al totalitarismo. En una sociedad donde no existe el bien y el mal, todo depende de lo que opine o le convenga al que manda. He dicho.

Y como muestra un botón, te recomiendo esta buena lectura para este verano que acabamos de comenzar: