sábado, 16 de enero de 2021

COMO SER FELIZ EN EL TRABAJO (Cuarta Parte)

El tiempo volando pasa. Hoy no es más rico el que más dinero tiene o gana, sino el que de más tiempo dispone. Los años pasan volando y con ellos la vida. En el ámbito profesional los proyectos se tienen que ejecutar en unos plazos y de su cumplimiento depende la rentabilidad y viabilidad de las empresas y de los puestos de trabajo que genera.

En el puesto de trabajo no hay que estar, sino hacer. No se trata de pasar muchas horas en nuestro trabajo sino de que el tiempo que estemos en el trabajo estemos aportando valor a la organización. Estamos hablando de productividad. Las personas que se sienten satisfechas de sí mismas logran buenos resultados y rinden más. No sólo porque produzcan más trabajo sino que lo producen con más calidad. La mayor productividad presupone tanto cantidad como calidad.

Te voy a dar algunas claves para optimizar tu tiempo en el trabajo y conseguir mejores resultados. En una empresa, cada colaborador tiene que saber desde el principio qué es exactamente lo que se espera de él. Hay organizaciones en las que cualquier relación entre las responsabilidades que piensan los trabajadores que tienen y lo que piensa al respecto el patrón es pura coincidencia. Hay que tener muy claro cual es el objetivo a conseguir y cómo se ha de actuar para conseguirlo. Esta simple planificación nos puede ahorrar mucho tiempo en el trabajo e incrementar exponencialmente la productividad.

Ayuda a la gente a alcanzar su máxima eficacia. Sorpréndela mientras hace algo bien y díselo. Dile exactamente que es lo que ha hecho bien y muestra tu satisfacción por el trabajo bien hecho. Es algo misterioso y sorprendente, cuando alguien esta esperando un elogio y no una bronca, trabaja con mucha más intensidad y de buena gana. Hay que comunicar al colaborador de que manera su buen desempeño beneficia a la organización y a las demás personas que trabajan en ella.

Y al revés. Si algún colaborador comete un error, primero comprueba los hechos, mírale a los ojos y dile con precisión lo que hizo mal y el efecto que este error ha ocasionado en tu estado de ánimo: enfado, ira, frustración o cualquier otro sentimiento que experimentes. Recuerda a tu colaborador lo competente que suele ser, que comprenda que el único motivo que te ha llevado a indisponerte es precisamente el respeto que le tienes. Evita los ataques personales, sólo critica el comportamiento y no a la persona.

Cada uno de nosotros es un ganador en potencia. Algunas personas van disfrazadas de perdedores. No hay que dejarse engañar por las apariencias. ¿Te imaginas a alguien poniendo a un bebé de pie y diciéndole: "Camina", y levantando al pequeño para darle un azote y decirle: "Te dije que caminaras"? No, lo que se hace es poner de pie al niño y al ver que el primer día consigue no caerse, dices lleno de entusiasmo: "Ya se sostiene sólo". Y abrazas y besas a la criatura. Al día siguiente, el bebé consigue dar un único paso, lo que provoca los abrazos y besos de toda la familia....Entonces el niño, al darse cuenta de que ha descubierto una fuente de mimos y zalamerías, empieza a mover una y otra vez las piernas hasta que, finalmente, consigue caminar. Para enseñar a alguien a ser un ganador hay que sorprenderle mientras hace algo bien, y así hasta que alcance el comportamiento deseado. La alternativa habitual es abandonar a los colaboradores a su suerte y darle aguijonazos para que se muevan. Y esto lo único que provoca es que la gente haga el menor esfuerzo posible y no se alcancen los objetivos empresariales.

Igualmente, no es oportuno ni conveniente callarse ante el trabajo deficiente de alguien o tolerarlo. No hay que esperar a estar hasta la coronilla, conviene corregir cuanto detectemos la deficiencia, para evitar resentimientos y pasar al ataque personal. En una reprimenda nunca ha de ponerse en duda la valía o merecimientos personales del trabajador. Sólo critica el aspecto de su comportamiento que te interesa corregir. Siempre debes finalizar la reprimenda con un elogio. Es preferible ser duro y bondadoso que bondadoso y duro. No obstante, antes de dar una reprimenda tienes que haber visto personalmente cómo se comporta quien va a recibirla, no puedes depender de lo que haya visto otra persona. No des nunca una reprimenda basado en lo que sepas de oídas. Y mucho menos hieras la sensibilidad de la persona reprendida.

Si estas interesado en profundizar más en estas ideas, te propongo el siguiente libro:






7 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho enhorabuena totalmente de acuerdo, el próximo te propongo que sea el "líder" Vs contra el "tirano" la gestión de equipos. Un abrazo Javier Senén

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  2. Gracias Javier. Recojo tu guante, escribiré una entrada sobre liderazgo. Un abrazo

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Me ha resultado muy interesante la lectura. Es verdad que son conceptos ya conocidos, pero habitualmente los olvidamos en nuestro día a día y es bueno "refrescar" periódicamente.

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  5. Así es Jimena, la vorágine del día a día nos hace olvidar muchas cosas útiles. Por eso, conviene reflexionar y tratar de poner en práctica cosas que sabemos nos van a hacer más felices en nuestro trabajo. Muchas gracias y un abrazo

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  6. Me ha gustado mucho recordar estos conceptos de liderazgo positivo y responsabilidad individual, lo explicas para que se entienda y ahí está el valor de la entrada. Parece que está escrito para mi momento personal, por muchos motivos. Comparto en mis redes profesionales, con permiso. Enhorabuena, una vez más.

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