lunes, 10 de enero de 2022

PRESUPUESTO MUNICIPAL 2022: EL PRINCIPIO DEL FIN

 



El Ayuntamiento de Boadilla gozaba de una situación financiera envidiable. Gracias fundamentalmente a que en los últimos diez ejercicios ha contado con pingües ingresos provenientes fundamentalmente de la construcción en el municipio de miles de nuevas viviendas. Lo que ha generado cantidades ingentes de dinero provenientes de licencias de obras, impuestos de construcciones, instalaciones y obras (ICIO) y sobre todo del impuesto de plusvalía (IIVTNU) que abonaban los vendedores de inmuebles, baste decir que en estos últimos años la Ciudad Financiera del Santander se vendió dos veces y que su última plusvalía, la de 2019, ascendió a 17 millones de euros de ingreso extra para el Ayuntamiento.

Además los gobiernos municipales de estos últimos años fueron engordando la cuenta corriente a base de no ejecutar las inversiones que ellos mismos se habían comprometido presupuesto a presupuesto o crédito extraordinario a crédito extraordinario.

Pero todo en la vida se acaba, y la gallina de los huevos de oro esta llegando a su fin. Porque las obras se están terminando y la plusvalía esta herida de muerte con la última sentencia del Tribunal Constitucional, aunque poco han tardado Gobierno y Oposición en sacar un nuevo decreto para seguir sangrando al personal. Pero mientras que si o mientras que no, el Ayuntamiento de Boadilla prevé ingresar seis millones y medio por este impuesto en vez de los diez que tenía previsto en un principio.

Llegado a este punto, el equipo de gobierno municipal tenía dos opciones. Apretarse el cinturón. Hacer más con menos. Apostar por la eficiencia mediante la colaboración público-privada. Asumir el carácter subsidiario de la administración pública frente a la iniciativa privada. Seguir apostando por impuestos bajos y reducir gastos superfluos. Reducir el gasto en políticos. En definitiva, dimensionar los servicios a los nuevos ingresos del Ayuntamiento, ya sin extras de obras y plusvalías.

Pero por desgracia, han sucumbido a la tentación del gasto. Como dice un amigo mío, se han vendido al oro de Moscú. Han optado por subir los gastos 2'70% para 2022 hasta los 68.500.000 euros. Y tú paisano te preguntarás, pero si los ingresos van a bajar, de dónde van a sacar para financiar el incremento de gasto. Pues de tu bolsillo vecino, ¿de dónde si no?.

No obstante, el equipo de gobierno municipal se hace trampas al solitario. Dicen que para seguir gastando más, van a sacar el dinero subiendo el ICIO del 3% al 4%. Pero si las obras son menos, ¿de verdad van a aumentar la recaudación? Como aún así, no consiguen cuadrar los números, dicen que van a poner a trabajar de verdad a la Inspección Tributaria Municipal para que afloren otros 750.000 euros en ICIO, licencias e impuesto de actividades económicas (IAE). Pero que para esto igual tienen que contratar a alguien que les eche una mano. Es decir, reconocen que la gestión tributaria municipal, que ellos llevan dirigiendo diez años, deja escapar 750.000 euros año tras año. Pero como aún así, les sigue faltando dinero, cifran todas sus esperanzas en el "Papa Estado", en que como tenemos más población, el Estado nos va a transferir un 13% más hasta los 14.500.000 euros a cuenta de la participación en los tributos del Estado. Pero alma de cántaro, si lo más probable es que el Ayuntamiento le tenga que devolver dinero al Estado a cuenta de la liquidación de 2020, por la importantísima caída de ingresos de IRPF, Impuesto de Sociedades e IVA de ese ejercicio.

Como no verán de negro el futuro de las finanzas del Ayuntamiento, que tanto el Departamento de Urbanismo como la Intervención Municipal sacan a relucir la posibilidad de vender parcelas municipales. Y ahí es cuando me acuerdo de mi padre, que siempre me repite "hijo mío, el que vende acaba". Y digo yo, ¿no es más fácil reducir gastos y hacer un Ayuntamiento acorde a los nuevos niveles de ingresos? La buena noticia es que nos dicen que aunque no exista regla de gasto para el ejercicio 2022, no se van a endeudar y no van a pedir un crédito. Por ahora, claro. Tiempo al tiempo, que en 2023 hay elecciones y ya sabemos que el mundo dura cuatro años para los políticos.

Por eso te digo, que este presupuesto de 2022 es el principio del fin de la Boadilla que conocíamos. Espero que los vecinos no tarden mucho tiempo en darse cuenta y hagan algo para remediarlo. Pues en Boadilla, ya hay alternativa.

1 comentario:

  1. Impresionante aviso a navegantes…
    Gobernar, gobernar bien, se demuestra en épocas de poca bonanza… van llegando.

    ResponderEliminar