Bandera de la República Árabe Saharaui Democrática |
A las 11 de la mañana del 28 de febrero de 1976 se arrió la última bandera española en el Sáhara. Tan sólo unas horas antes, el Frente Polisario había proclamado la República Árabe Saharaui Democrática. Esa misma noche, los últimos españoles subieron a un avión que les llevaría de El Aaiún a Las Palmas. En el fuselaje del avión habían pintado con grandes letras "Viva el Frente Polisario"
En 1956 Marruecos obtuvo la independencia y desde el primer momento comenzó una política imperialista que pasaba por apropiarse de territorios que nunca habían poseído, entre ellos El Sáhara. Para ello impulsaron guerras como la de Ifni de 1958, sublevaciones militares, la creación en 1969 del Movimiento de Vanguardia para la Liberación del Sahara, cuyo líder Basir hicieron desaparecer cuando dejó de serles útil. Utilizaron la presión internacional y de la opinión pública para conseguir un referéndum que lo único que perseguía era que las tropas españolas abandonasen el territorio del Sáhara y así poder apoderárselo y no impulsar la independencia de una nueva nación.
En 1972 algunas decenas de estudiantes salieron a la calle con pancartas pidiendo la liberación del Sáhara, pero la policía marroquí reaccionó con su habitual contundencia, deteniéndolos y sometiéndolos a torturas. Entre los torturados se hallaba un estudiante de derecho de la Universidad de Rabat, llamado El Uali, que llegó a la conclusión de que Marruecos nunca apoyaría la existencia de una Sáhara independiente. De la unión de este joven con otros, en su mayoría estudiantes, iba a surgir el 29 de abril de 1973 el Frente Polisario. El grupo que acababa de nacer estaba empapado de tercermundismo panarabista e islámico con referencias a la participación en la "revolución árabe" y en el "movimiento de liberación nacional y democrático mundial". Desde sus orígenes, el Frente Polisario se alineó con dictaduras islámico-socialistas como las de Argelia o Siria. Muy vinculados al bando soviético de la Guerra Fría. Quizá esto explique en parte el comportamiento de Estados Unidos con respecto a este conflicto y el apoyo de los comunistas españoles, ahora en el gobierno socialcomunista, a la causa del Frente Polisario.
A las nueve y media de la noche del 20 de mayo de 1973, el Polisario llevó a cabo su primera acción armada contra un puesto español situado en Janguet Quesat. Poco podían sospecharlo aquellos terroristas del Polisario, pero su ataque no iba a acelerar el proceso de autodeterminación, sino las acciones de Marruecos para apoderarse del Sáhara. Entre 1973 y 1975, el Polisario continuó atacando a las fuerzas españolas en el Sáhara. Logró causar una decena de muertos, así como paralizar la producción de fosfatos, pero de esa manera sólo proporcionó argumentos a los que favorecían la entrega del territorio a Marruecos. A estas acciones terroristas del Polisario habría que añadir otro terrorismo impulsado directamente por Marruecos contra los intereses españoles en el Sáhara, mientras la censura franquista imponía un silencio absoluto sobre lo que estaba aconteciendo en ese territorio.
El 15 de octubre de 1975, Hassán II se entrevistaba en Rabat con Henry Kissinger, el Secretario de Estado estadounidense. El monarca se presentó como una garantía de estabilidad en una zona en la que también se hallaban la Argelia socialista y la indefinida Mauritania. Al mismo tiempo, el 16 de octubre, el Tribunal Internacional de la Haya hizo público un dictamen en que establecía que no existía ningún lazo de soberanía territorial entre el territorio del Sáhara Occidental y el reino de Marruecos o el complejo mauritano. Precisamente por ello, consideraba que debía celebrarse el referéndum propugnado por España y que fueran los propios saharauis quienes decidieran seguir siendo territorio español o constituir su propio estado independiente. La resolución, verdaderamente impecable, iba directamente en contra de las ambiciones de Hassán II. Sin embargo, el rey de Marruecos no pensaba darse por vencido.
El 3 de noviembre, los trescientos cincuenta mil participantes de la Marcha Verde se encontraban en Tarfaya. Durante casi dos semanas habían sido llevados en tren hasta Marrakech, desde donde habían partido hacia Tarfaya en siete mil ochocientos trece camiones. Hassán II podría jurar que le era imposible contener a la turba, pero la realidad es que ésta no había podido dar un paso sin sus órdenes expresas y su apoyo logístico. El 6 de noviembre, la Marcha Verde invadió el Sáhara.
Entre el 12 y el 14 de noviembre, se negociaron los denominados Acuerdos de Madrid. Sustancialmente, en ellos España se comprometía a ceder el Sáhara y además vendía a Marruecos el 65% de las acciones de la compañía que explotaba los fosfatos de Fos Bucrá por 5.850 millones de pesetas, que se pagarían en cuatro plazos anuales sin intereses. Por su parte, Marruecos se comprometía a reconocer a España los derechos de pesca en las aguas del Sáhara a favor de ochocientos barcos españoles por una duración de veinte años, y concedía derechos en su costa atlántica al norte del paralelo 27º 40' a seiscientos barcos españoles y a otros doscientos en su costa mediterránea. Una vez más, como había sucedido en Ifni y en acuerdos anteriores, Marruecos no cumpliría su parte del acuerdo.
La entrada del ejército marroquí en el Sáhara revistió auténtico carácter de genocidio. Mientras que se enfrentaban con los mal armados saharauis del Polisario, las fuerzas de Hassán II machacaron literalmente a cerca de cuarenta mil civiles con napalm y fósforo blanco. A ello se sumaron los saqueos, las violaciones de las saharauis ante sus familiares, las torturas...si semejante conducta hubiera sido realizada por un país occidental los telediarios se habrían visto saturados con las atrocidades de los invasores.
Las únicas manifestaciones de decencia en medio de tanta conducta vergonzosa se dieron en aquellos días entre los miembros de las fuerzas armadas españolas en el Sáhara. Reiteradamente se negaron a dar la mano a los oficiales marroquíes que ocupaban los puestos que abandonaban, rehusaron brindar con ellos a la salud de Hassán II, removieron cielo y tierra para evitar que se torturaran a los saharauis, les proporcionaron medios para resistir a los agresores y en algunos casos incluso llegaron a desertar para unirse a la lucha contra los invasores.
Si quieres conocer más sobre este conflicto, no te pierdas el siguiente video.
Para escribir esta entrada, me he documentado en este libro de César Vidal, que por supuesto te recomiendo:
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